POR QUÉ LOS NUEVOS PROTOCOLOS ANTI BULLYING VAN A FRACASAR NUEVAMENTE

Semanas después de la publicación de la Guía de actuación contra el acoso escolar en los centros educativos de la Inspección educativa de la Comunidad de Madrid y después de conocer las reacciones de distintos colegios con los que trabajamos y ver como intentan utilizarla podemos concluir lo que hipotetizábamos al leerla.

La guía es un excelente recurso para entender lo que es el acoso, es una buena guía para incentivar actuaciones formativas y preventivas, es un buen recurso pedagógico o académico, pero cuando llega a la aplicación del protocolo es, como el anterior, un recurso farragoso e inaplicable, que parte de la misma concepción lineal que los anteriores intentos, que no implica a las familias ni, lo que es peor a los alumnos y que es de imposible aplicación a medio plazo y de seguro abandono a largo plazo.

El protocolo de intervención no empieza basándose en un protocolo de prevención y sensibilización que implique a todos los actores,  pesar de insistir en la sensibilización de familias y alumnos a través de los planes de convivencia,  lo que hace que los colegios estén aplicando el nuevo protocolo sin haber hecho ese trabajo previo e imprescindible en el que no basta con ese papel pasivo de los protagonistas, los alumnos. Una vez activado el protocolo no contempla la participación de alumnos ni padres, por lo que les deja como sujetos pasivos de la solución, olvidando que la no participación de padres y alumnos lleva, inevitablemente, al fracaso en la solución de un problema que es relacional y generando un crecimiento de la “cultura del silencio”.

Por otro lado el protocolo señala la necesidad de que un grupo de profesionales: director, jefe de estudios, docente y orientador se encarguen de la toma de datos, la intervención y el traslado a las autoridades cuando pasa a mayores el caso. Toda esta intervención se basa en un árbol de decisiones por el que tras una reunión entre ellos deben decidir si hay “evidencias” de acoso, recordándoles que en el caso de errar en ese diagnóstico la responsabilidad ulterior recaerá sobre ese grupo de profesionales.

El resultado está dando dos actitudes : Colegios que no se dan por enterados de que la CAM se ha lavado las manos y no están haciendo nada a la espera de que reviente la bomba en forma de caso dramático o colegios que han activado en un mes decenas de casos por no atreverse a considerar que los datos que tienen no son dignos de considerarse evidencia y que andan como pollo sin cabeza reuniéndose a diario y generando nuevos problemas en vez de soluciones. Estos problemas se manifiestan principalmente en el señalamiento de alumnos como acosadores o como acosados basándose en un conflicto sin mantenimiento en el tiempo ni diferencia de poder. Señalamiento que genera nuevos conflictos en el aula que el protocolo tampoco  permite que resuelvan los alumnos sino que harán que se active nuevamente el protocolo en una suerte de progresión geométrica infernal.

La sensación que empiezan a tener los centros es que la inspección educativa sabe que los colegios, mejor dicho sus colegios( porque dejan fuera a los privados) deben dejar constancia de la intervención para evitar las consecuencias legales y esto les interesa más que la verdadera solución de un problema que empieza a dejar víctimas mortales y que ha dejado la cifra de más de 2.000 casos de acoso escolar denunciados y 5.000 llamadas en dos meses, según los datos del nuevo teléfono de atención creado por el Ministerio de educación. (900 018 018)

Desde Lookschool seguimos basando nuestro trabajo en la creación de protocolos en:

– La participación de todos los agentes implicados en la sensibilización y formación y también en la creación y funcionamiento del protocolo; facilitando el pacto educativo entre sus protagonistas: familia, escuela y alumnos

– La intervención en situaciones de conflicto previas al acoso. Intervención en la que deben tener un papel protagonista los alumnos, huyendo del modelo lineal de premio y castigo. Sin abandonar, por supuesto, las medidas disciplinarias siempre recogidas en nuestros modelos.

– La no identificación de acoso con conflicto. Desde Lookschool llevamos años insistiendo en la necesidad de trabajar sobre el conflicto antes que apagar fuegos sobre el acoso.

– La necesidad de enseñar a resolver conflictos en vez de burocratizarlos.

– El respeto a los valores del centro.

– El trabajo horizontal en la institución educativa. Solo posible si implicamos a todos los actores de la educación en la elaboración, difusión y puesta en marcha del protocolo de cada colegio

El prestigio del profesorado y el papel preferente del tutor como referencia de sus alumnos en la resolución de conflictos ( RAE –  Persona encargada de orientar a los alumnos )

– La participación protagonista de los alumnos

– La visión sistémica de la solución al acoso, que incide en la especial relevancia del observador como mantenedor de la situación de acoso desde una posición pasiva.

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