Hemos conspirado* contra el gigante del acoso escolar. Pero no nos hemos conformado con unirnos. No nos hemos conformado con dar nuestra opinión; ni siquiera nos hemos conformado con crear un método para acabar con él.
No; no nos bastaba y lo hemos llevado a la práctica y le hemos puesto una guinda certificándolo.
Hoy ya lo sabemos: ¡Se puede acabar con el acoso escolar!
Había quien decía que no era un gigante, decían que era un molino. Inmóvil, grande, plantado en medio de la llanura. Nos dijeron que siempre estuvo allí y que de allí no se movería. Nos dijeron que daba igual embestirle, que no se movería.
Pero sabíamos que era un gigante y sabíamos que se le podía vencer. (Un secreto: A casi todos los gigantes se les puede vencer). No es fácil. Necesitamos de la ayuda de todos y la tuvimos: Familias, docentes, directiva, personal no docente y sobre todo de los niños…, necesitábamos de su compromiso, necesitábamos de su valor para destapar el engaño.
No, no era un molino.
Hoy tenemos una gran noticia ¡se puede acabar con el acoso escolar! pero también tenemos una gran responsabilidad: si se puede hacer ¿por qué no lo hacemos?. Hagámoslo.
*Conspirar: del latín conspirare ‘respirar juntos’, de donde ‘estar de acuerdo’